Es agosto de 1997 y la aerolínea Lan Chile, hoy Latam, no era ni la mitad de lo que es ahora, una de las compañías aéreas más importantes del mundo.
Visitamos la web que tenía la web de la línea aérea en ese entonces, donde se mostraban las aspiraciones de crecimiento, que claramente se cumplieron, en términos de expansión al menos.
En agosto de 1997 la misión de Lan Chile era «constituirnos en la mejor Línea Aérea de Sudamérica de pasajeros y carga, en la alternativa preferida del pasajero de negocios hacia y desde Chile y los países del Cono Sur y proyectar, a través de nuestra empresa, la imagen país de Chile».
En el apartado de valores que destacaba la empresa figuraban «entregar un servicio seguro, eficiente, confiable y personal a cada uno de nuestros clientes».
A lo anterior se sumaba ser «emprendedores, creativos y proactivos para anticiparnos a las necesidades de nuestros clientes y mejorar nuestro servicio».
Los empleados, al menos en la teoría, tenían un importante rol que cumplir para lograr sus objetivos, por lo que promovían «la excelencia individual y el trabajo en equipo en todas las áreas de la compañía».